Durante todo el mes de Febrero mis cursos de yoga se centraron reconocer y transformar la relación que tenemos con nosotros mismos, con nuestra familia y con nuestras amistades.
El resultado de casi 30 días de práctica
personal (para lograr llevar el mensaje a mis estudiantes) me ha dado una luz
increíble en el corazón para perdonar y una gran claridad para decidir dejar ir
a ciertas personas de mi vida sin rencor.
Les cuento la primera anécdota: Durante
muchos años percibí a ciertos miembros de mi familia como una amenaza; inconscientemente,
les tenía mucho miedo porque pensaba que algún día me harían algo malo a mí y a
mi madre. Las meditaciones
practicadas en el mes me ayudaron a analizar claramente de dónde venía este
miedo y a verificar si estaba en realidad en peligro.
En primer lugar, reconocí que el miedo viene
de una mala impresión sobre su comunicación con mi madre (imaginen una
comunicación fraternal quebrantada) y su falta de afecto entre ellos. Y en
segundo lugar, reconocí que yo estaba fuera de peligro. Que lo único que tenía
que hacer era enviarles luz aceptando su condición humana y su hábito de
relacionarse entre ellos. Esto no fue un acto de racionalización. Fue una
acción directa del alma.
Luego de tan sólo 15 días de práctica me veo
como un ser capaz de perdonar y de comunicarme con ellos sin miedo y con amor.
Quizá aún no con confianza (eso debo seguir trabajando –el miedo-) pero si
proyectándome desde el corazón.
La segunda anécdota: El resultado de esta es
justamente el decreto que formulé al iniciar éste módulo de yoga: sostener
únicamente relaciones auténticas. Como mencioné en mi post anterior, las
relaciones son complicadas pero si son problemáticas hay que dejarlas ir.
Las relaciones deben sostenerse mediante una comunicación
abierta, transparente y amorosa. Es cierto que en el caso que les contaré, yo
no supe comunicarme con compasión, pues me dirigí autoritariamente a un grupo
de amigas y herí sus sentimientos. El problema aquí es que yo siempre me he
posicionado como una “hermana mayor” que les llama la atención por su falta de
“consideración y amor fraternal”. Mi mente lo percibe así. Lo reconozco. Y ese es un rollo mío que quizá ellas no conocen y yo lo vengo a descubrir recién en este tiempo de trabajo profundo.
Si voy al pasado, debo reconocer que desde
hace 10 años que vengo “sosteniendo” una promesa de perdón sobre esta actitud
que ellas tomaron frente a mí (no sé si llamarlo envidia, egoísmo, celos,
irrespeto o desconsideración) durante un viaje al exterior. Estas personas me hicieron
sentir que no me querían y que no tenían ninguna intención de ser buenas
conmigo. Y justo en ese tiempo yo habìa perdido a mi padre, pues, no era un tiempo fácil para mi.
A pesar que intenté perdonar y viví ese perdón en la mano, siempre
supe que esa amistad no era auténtica, por eso no logré sostener mi promesa
de corazón. El daño ya estaba hecho.
Hoy por hoy, luego de trabajar con este set
de meditaciones, y luego de haber dicho lo que dije a estas personas, resulta
que las he dejado ir. Sin rencor alguno. Aceptando simplemente que esto no
puede seguir. Y que yo debo solucionar mi comunicación de manera consciente
como lo he expresado aquí: Decir compasivamente.
El trabajo en Yoga Terapia sobre las
relaciones, parte de una relación transparente con uno mismo. Llevarme bien
conmigo mismo, mantener una relación de integridad conmigo mismo, ser franca
conmigo mismo, son habilidades que se pueden aprender, sin racionalizar tanto,
en la práctica con la meditación y la respiración simplemente se dan.
Aquí les comparto una de las meditaciones que
practiqué durante el mes. Espero les ayude.
Cualquier pregunta me la pueden hacer a monavillacresyoga@gmail.com
Tejiendo las Lágrimas en sus Relaciones
(Khalsa, Nam K., Khalsa, Siri Atma S., Divine
Relationships, Yogic Reality, US, 2013).
Para empezar:
Sentado en una postura cómoda
(preferiblemente en el piso con piernas cruzadas), pelvis hacia adelante y
hombros hacia atrás. Cierra tus ojos y concéntrate en el entrecejo. Junta las
palmas de las manos y vibra el mantra ONG
NAMO GURU DEV NAMO 3 veces para conectarte con tu maestro interior.
Escuchar el mantra aquí:
PRIMERA PARTE:
Manos con los dedos e índices juntos. Codos ligeramente doblados, separa
los brazos 30 grados hacia los lados. Mantén siempre las manos alineadas al
nivel del corazón. Las palmas miran hacia el techo.
Enfócate en la punta de la nariz con los ojos entreabiertos sólo 1/10.
Inhala profundo y al exhalar canta una vez
monótonamente el mantra:
SAT NARAYAN HARI
NARAYAN HARI NARAYAN HARI HARI
Escuchar el mantra aquí:
Inhala de nuevo para cantar y continúa
durante 11 minutos máximo.
Para terminar, inhala profundo, sostén la
respiración y trae a tu consciencia la voluntad de comprender, de perdonar, de
bendecir para sanar tus relaciones. Exhala.
Repite esta visualización 2 veces más.
SEGUNDA PARTE:
En la misma postura, canta el mantra WAHE
GURU suave y monótonamente durante 3 minutos máximo con tus manos sobre el
regazo (derecha sobre la izquierda), con los pulgares e índices siempre juntos.
Escuchar el mantra aquí:
https://soundcloud.com/user-743401309/waheguru/s-CCWht
Para terminar:
Junta las manos frente al pecho y canta el
mantra SAT NAM 3 veces para terminar.
Escuchar el mantra aquí: